miércoles, 23 de abril de 2014

La magistral lasagna

La lasagna es una excelente solución para quienes tenemos que cocinar algo simple para mantener nuestra vida simple. La más práctica de todas es comprar las masas secas* que funcionan muy bien y nos permiten concentrarnos en la salsa y el relleno.


Para la salsa elegí la de pizza o la filetto porque su función principal es brindarle humedad a la pasta. Entonces podés ocuparte del relleno. Las opciones son verdaderamente infinitas y con el tiempo te vas a animar a improvisar. Pero mientras acá podés encontrar un par de opciones para que puedas empezar.

- Lasagna de jamón y queso
- Lasagna de carne



Buen provecho!!!


Notas
* La masa puede se las que se consiguen en casa de pastas o panaderías, aunque también las conseguís en el supermercado como las Matarazzo, que son una opción aunque no me paguen esponsoréo.

Lasagna vegana/vegetariana




Hay muchas verduras que se adaptan perfectamente para ser relleno de lasagna: acelga, espinaca, berenjena, zapallito verde, zucchini, etc. Depende de tu gusto lo que quieras ponerle. La cebolla es un perfecto acompañante y sirve para “engordar” la comida sin agregar calorías, lo mismo que el repollo blanco.





Acelga y/o espinaca - Ingredientes
1 cebolla mediana (del tamaño de tu puño).
1 diente de ajo.
1kg de acelga y/o espinaca hervida*.
Salsa de tomate.
1 cucharada sopera de aceite.
1 cucharadita de té al ras de sal.
1 o 2 pizcas de pimienta.
1 pizca de nuez moscada.

Ponés en una sartén más o menos generosa -o sea grandecita- las cebollas cortadas en cuadraditos pequeños con el aceite para desflemar. También agregás el ajo cortado lo más chiquito posible. Recuerdá revolver de vez en cuando para que toda la cebolla logre adquirir el aspecto transparente que nos indica que debemos iniciar el siguiente paso.
Con la espinaca y/o la acelga ya hervida, enfriada y colada, la cortás para que quede trozada y la incorporás a la cebolla que se está cocinando en la sartén. Colocás la sal, la pimienta (blanca o verde, si me preguntan) y la nuez moscada. Si querés le podés agregar unas pizcas de jengibre, pero depende de tu gusto.

Ahora viene el armado de la lasagna. Para ello buscás una fuente cuadrada o rectangular. Primero colocás un colchón fino de salsa y ponés la primera capa de masa. Tratá de que no se junte la masa porque eso hace que le cueste más cocinarse. Luego le colocás salsa arriba, pintándola con generosidad. Colocás una capa del relleno de 1cm de grosor. Luego colocás otra capa de masa, la pintás con abundante salsa para que humedezca bien la pasta y colocás otra capa de relleno. Repetís el procedimiento según tu gusto, aunque es preferible 2 o 3 capas de relleno, no más.
El último nivel tiene que ser de masa, como los sandwichs que tiene sus tapas de pan.
Arriba podés ponerle la parte de la salsa que sea más espesa o podés preparar un queso de papa* y le rociás levadura seca. En la opción vegetariana, podés ponerle salsa blanca** y gratinarla con queso rallado, como también podés ponerle queso mantecoso cortado en fetas finitas sobre cada capa de relleno.
Llevás al horno por 20 a 25 minutos (fíjate en el paquete de las masas de lasagna) y luego apagás el horno y la dejás dentro otros 10 minutos más. Luego servís en porciones del tamaño de la palma de tu mano.

Otras versiones
Podés reemplazar la acelga y/o espinaca por 1 berenjena del tamaño de 2 puños, o 2 zapallitos zucchini, o 2 zapallos verdes. En éstos casos la pimienta negra va mucho mejor con los cabores.
En el caso de hacerla de zapallo calabaza o inglés, no le pongás cebolla y/o el ajo. Mejor utilizá repollo blanco como reemplazante, porque suma cuerpo y textura pero no influye tanto en el sabor. En relación a los condimentos, disminuiría la cantidad de pimienta y nuez moscada (no así el jengibre, si has decidido usarlo). Agregá una cucharada de azúcar o mascabo y si quierés darle un toque gourmet, tomates deshidratados estacionados en oliva durante 1 semana.

Buen provecho!!!


Notas
* Pronto publicaré unas recetas de quesos y mayonesas veganas que te salvan un montón de comidas.
* Pronto publicaré una receta para salsa blanca en su versión clásica y una para microndas.

miércoles, 9 de abril de 2014

Salsa para pizza

Hoy voy a compartir la salsa de tomate para pizza, que formará parte de una series de artículos sobre la Salsa de Tomate  y sus variantes.

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¿Compraste la salsa más barata -la que viene en botella, la de tretra- o tenés unos tomates a punto de morir y querés aprovecharlos?, la receta que te voy a enseñar te permite transformarles en ricas salsas. *Fin espacio *

Empecemos con un tip: Algo que aprendí con los años es que parte de la acidez del tomate se le saca cocinándolo. No es cuestión de echarle mucha azúcar para ganar tiempo (aunque a veces funciona y yo soy de ponerle más, por gusto), sino de tomarse unos minutos para que se cocine.



La más básica, pero no por eso fácil
La salsa para pizza es la más básica porque sólo lleva tomate, especias, sal y agua. Pero son las especias las que guardan el secreto de una buena, una mediocre o una mala salsa.

Es muy importante que con el tiempo aprendas los sabores y los olores de las especias como también sus combinaciones. Cada quien encuentra ciertas algunas imprescindibles en sus comidas (en mi caso es el orégano, diferentes pimientas y nuez moscada) e incluso las que le da un sello característico, ese "secretito" que yo le cuento a quien quiera y pregunte.

Volviendo a la salsa, el camino más fácil en cuanto a especias es comprar la Mezcla para Pizza que ya viene preparada, le agregás sal, un poco de azúcar, unos 200ml de agua y la dejamos que se cocine por al menos 30 minutos a fuego medio*. Pero veamos el tema de los ingredientes:

Ingredientes
- Puré de tomare: puede que la encuentres también como salsa de tomate, puede venir en botella o envase tetrabrik, incluso en sachet. Podés optar por tomates frescos, lavados y pelados (4 si son tomates redondos de tamaño medio y 6 si son peritas). La preparación varía si elegís la de los tomates frescos.
- 1 cucharada sopera de Aceite (puede ser de maíz, mescla u oliva).
- 200ml de agua.
- ½ cucharadita (de té) de sal fina..
- 1 cucharada sopera colmada con orégano (seco).
- 1 pizca de pimienta.
- 1 pizca de ají molido.
- 1 cucharadita al raz (de té) de pimentón dulce.
- 1 cucharada sopera colmada de azúcar (o mascabo, que es el azúcar sin procesar).

Primero colocás en una sartén el puré de tomate o los tomates pelados y cortados lo más chico posible. Le agregás la mitad del agua y comenzás a revolver. Cuando comienza a largar vapor, tenés prestar atención porque no da que se queme.
En el caso de los tomates frescos se les agrega más agua para enfriar y mantener por más tiempo el proceso de cocción. Cuando comienza a formarse como unas burbujas que explotan y largan vapor (no se la crean que tampoco es tan espectacular) es el momento de bajar el fuego a mínimo y comenzar a condimentar.
Primero poné la sal y revolvé; luego poné el orégano y revolvé, pimienta y revolvé, ají molido y pimentón dulce y revolvé. Esperás unos 5 minutos antes de agregar el azúcar, mientras revolvés para que el tomate vaya tomando los sabores de las especias. Si te pinta, le podés poner un poco de albahaca (seca o fresca), pero es mejor guardarla para agregarla arriba de la pizza.
Primero colocás el sobrante de agua (fíjate que la salsa debe ser más bien líquida, pero con consistencia de crema). Acostumbrate a ir oliendo la salsa (y cualquier comida que hagas), porque es una manera de aprender sobre condimentos y te va a ayudar en el futuro a identificar errores y solucionarlos. Mezclás la salsa para que se una al agua y luego colocás el azúcar. Revolvés durante un par de minutos y luego dejás la salsa sobre el fuego al menos 10 minutos más. En ese tiempo podés ir encendiendo el horno y preparando las prepizzas.
Un consejo, dale un golpe de horno a las prepizzas. Metelas por un ratito para que pierdan parte de la humedad de haber estado empaquetadas. Lo mejor sería que se seque un poco la parte de abajo y que quede un poco crujiente, pero recordá que luego van a pasar varios minutos en el horno. Si querés podés hacer éste proceso luego de ponerle la salsa, así queda blandita arriba y crocante abajo.
Cumplidos los 10 minutos apagás el fuego y probar la salsa para ver cómo quedó antes de arruinar una prepizza. Fijate si le falta algo, aunque deberías andar bien. La dejás reposar por 5 minutos. Luego la mezclás de nuevo (para contrarrestar el efecto de decante) y colocás una capa fina de salsa sobre la prepizza. Es como si pintaras con un pincel pero exagerando la cantidad de pintura. Para pizzas simples, van a tener que esperar un poco, pero ya llegarán algunos post.

A mí me gusta preparar la salsa para pizza más al estilo filetto (salsa para pastas) porque soy amante de la cebolla y porque el ajo es un ingrediente muy presente en mi cocina. A veces rallo zanahoria con la opción más finita (que quede en una proporción de 1,5puños y se lo agrego luego de haber desflemado las cebollas** y las cocino por unos 8 minutos más mezclando bien los ingredientes. Luego coloco el tomate.

Bueno, después les paso más recetas de salsas para todos los gustos y para una vida simple.


Buen Provecho!!!



Nota
* En las cocinas hogareñas es el fuego más fuerte de la hornalla más grande, ya que la misma nos permite controlar la temperatura con facilidad.
** Desflemar es poner las cebollas cortadas pequeñas en una sartén con un chorrito de aceite -1 cucharada sopera es suficiente- de oliva o maíz hasta que queden transparentes y comiencen a tomar un color dorado caribeño.

martes, 8 de abril de 2014

A cambio un consejo

Ya que no terminé de hacer el post de la salsa de tomate, les paso unos consejos de cocina:

Ahora está muy de moda todo lo gourmet, incluso pareciera que no se puede comer de otra manera. En realidad hay una gran parte que es puro caretaje (amo no ser chef para poder decir éstas cosas). Yo puedo decir que te voy a servir un corte de ternera en colchón de verduras de estación, y básicamente te estoy diciendo que te voy a dar un bife con ensalada de lechuga y repollo. Pero eso no significa que algunas cosas que se las entiende como gourmet no sean super útiles en la vida diaria.

Los condimentos (o especias) forman parte de éste universo. Claro que hay algunas especias que no hace falta que tengamos en nuestra cocina, pero es bueno ir conociendo algunas que pueden llegar a sorprenderte. De base, creo que toda cocina debe tener, como mínimo, orégano y pimienta blanca. Se le puede sumar ají molido, pimentón, albahaca seca, romero, pimientas en grano, nuez moscada, jengibre, etc. La lista puede ser más larga, pero con ésto te asegurás variedad y, si las conseguís en negocios naturistas, también le agregarle calidad.

Respecto a la sal, yo trato de consumir cada vez menos, pero siempre tengo sal fina y sal entrefina. Hace un tiempo compré sal marina, pero todavía no la he probado (me han dicho que es más fuerte, por lo que tendré que aprender a usarla).

Siguiendo con los aceites, siempre trato de tener aceite de maíz (no compré aceite mezcla, porque no es bueno para la salud y suele ser de menor calidad) y de oliva. Una acotación, respecto al aceite de oliva, yo suelo tener uno de menor calidad (comprado a granel) para cocinar y otro de mayor calidad para ensaladas. Soy re gourmet, sory.

Hablando de ensaladas, mucha gente anda fanática del Aceto Balsámico, pero para mi no es gran cosa. En general prefiero las ensaladas con jugo de 1/2 limón (fresco, no envasado), pero siempre es bueno tener vinagre de vino y si se puede vinagre de manzana. Si es un tema que te interese experimentar, hay muchas salsas que podés sumar como la salsa de Soja, Cesar, Chimichurri, etc.

Por último, un elemento que yo uso mucho para cocinar es la azúcar. En general se usa la blanca o refinada, pero también se puede usar la dorada, mascabo, o negra. Son diferentes tipos de tratamiento que recibe el azúcar, a excepción del mascabo que es lo extraído de la caña de azúcar en la primera prensada y se le quita algo de la humedad. La azúcar negra, al igual que la dorada, tiene menor tratamiento y por ello se la entiende de menor calidad (no soy de esa escuela). Por otro lado, la que compramos en el supermercado pasa por una gran cantidad de procesos para verse blanca y no ser tan vulnerable a la humedad. Se supone que es de más calidad, pero sabemos que los procesos de industrialización de alimentos no siempre han buscado la éste objetivo.

Espero que les sirva y les prometo que lo antes que pueda les paso las recetas de la salsa.

Buen provecho!!!





viernes, 4 de abril de 2014

Tarta de Cebolla y Queso

Esta tarta es una excelente opción para una vida simple. La base es la cebolla y el queso, pero se adapta a muchos otros ingredientes. Se puede hacer con choclo, pollo, verengenas, jamón, zapallo italiano (zucchini), etc. Y se puede "engordar" con repollo: blanco para las personas discretas; morado para quienes prefieren darle color al relleno.

Tarta de Cebolla y Queso - Imagen iustrativa


Porciones: la Básica son 4 porciones. La que incluye Opcionales, puede rendir hasta 8 porciones, según los hábitos de alimentación. El tema de las medidas, tanto de las porciones como de los ingredientes es un tema que incluye intuición y reglas establecidas hace ya mucho tiempo.

Ingredientes
- Masa de tartas.*
- Cebollas 3 medianas (del tamaño del puño de tu mano).
- Queso mantecoso 150gr.
- 2 huevos.
- 1 cucharadita de té al raz de Sal.
- 1 o 2 pizcas de pimienta.
- 1 cucharadita colmada de polvo para hornear.
- 2 o 3 pizcas de nuez moscada (aunque podés ponerle más, como me gusta a mi).
- Si te pinta 1/2 cucharadita de té de jengibre.
- 2 cucharadas soperas de Aceite (de oliva o maíz).

Opcionales
- Choclo en granos o en crema (1 lata o 2 puños).
- Pollo cortado en cuadraditos (para salvar las sobras y rescatar la pechuga que nadie quiere).
- Berenjenas y/o zapallo italiano y/o zapallo redondo, cortado/s en cuadraditos.**
- Repollo cortado en juliana.**

Cortar la cebolla como más nos guste**. Puede ser bien chiquita o en trozoz más grandes. Colocarla en una sartén con el aceite y rehogarla, es decir cocinarla hasta que adquiera una apariencia transparente con razgos dorados. Aquí es importante tener en cuenta que el aceite le otorga sabores extra a la comida, por lo que elegir aceite de oliva o de maíz dependerá del gusto de ustedes. Revuelvan para que no se vaya a quemar la cebolla.
Sacá la masa de tarta de la heladera para que sea más maleable.
Cuando la cebolla está como transparente (tratá de que no se queme, aunque un poquito de dorado no le hace nada), alejala del fuego.
Si optaste por sumar opcionales, en vez de sacar la sartén del fuego, incluí lo que quieras ponerle y cocinalo hasta su punto. Luego retirá la sartén del fuego para no quemar la mezcla.
En un bol pequeño colocá los 2 huevos y condimentá con sal, pimienta (blanca o verde son perfectas), nuez moscada y azúcar. Si te gustan las comidas más sasonadas podés agregarle jengibre, que potencia los sabores de la pimienta y la nuez moscada y le da un toque muy aromático a la tarta. Colocá el polvo para hornear, lo que hará que el huevo se ponga espumoso y cubra todo el relleno de la tarta. CUIDADO CON LA CANTIDAD DE CONDIMENTOS. SIEMPRE ES MEJOR TENER QUE AGREGARLE UN POCO MÁS DESPUÉS.
Sumás el huevo a la mezcla de la sartén y volvés a colocarla en el fuego. La idea es lograr que el huevo cuaje y se conecte con la cebolla (o la mezcla) de manera que quede todo combinado.
En una tartera (o plato sopero profundo, que tolere horno) poné una de las capas de la masa de tartas que previamente sacaste de la heladera. Luego colocá una capa fina del relleno, el queso cortado en fetas, el resto del relleno y, si te ha quedado, el queso sobrante. Tapa la tarta con la otra masa y apretá los bordes. Para que se una más fácil, ponele un poco de agua en la parte donde hacen contacto las dos masas, haciendo una función de pegamento JA.

Tarta de Cebolla y Queso - Imagen iustrativa
Llevalo al horno. No hace falta que hayas prendido el horno antes de la preparación, pero eso depende de tu cocina. Con el tiempo vas a conocerle los trucos y mañas, por lo que es mejor poder concentrarse en una sola cosa a la vez y no tratar de hacer todo al mismo tiempo. Cada 10 minutos revisá el estado de la masa (vas a ver que va a ir cambiando, primero a un aspecto transparente para luego ponerse como más blanca y luego comienza a dorarse). Cuando esté de un dorado oscuro, apagá el horno y dejá ta tarta dentro durante unos minutos. Es el momento de poner la mesa.

Tip
- Si comés sola/o, servite la porción en la cocina y llevá el plato servido a la mesa. La idea es que no te repitas más de lo necesario. Cuando termines, comé una fruta, si sentís que todavía tenés hambre.
- Acostumbrate a hacer de las comidas un rito donde estés tranquila/o. Tratá de disminuir el ritmo a la hora de comer. No comas de a grandes trozos. Disfrutá de los sabores de los diferentes condimentos.
- Tratá de no llevar la fuente con la comida a la mesa, porque eso puede hacerte tentar para comer más de lo debido.
- Sumá siempre una ensalada de lechuga. Antes, de compañía o después de la comida, es muy bueno incluir lechuga y otras verduras de hojas verdes como compañía. Ayudan a saciarte mejor y a la digestión.
- El líquido tratá de tomarlo 30 minutos antes de la comida y luego de comer esperá al menos otros 30 minutos más. Mientras menos líquido haya en la comida, mejor digestión tendrás.
- La costumbre de tomarse un té 30 minutos después de haber almorzado o cenado es una buena costumbre ya que ayuda a la digestión (me lo dijo una vez una nutricionista).

 Buen provecho!!!

 Notas:
 * Masa de tartas: más adelante voy a ir sumando recetas de masas de tartas, por si querés hacer todo el trabajo.

** El corte de los ingredientes depende de cuanta paciencia tengas, cuantas ganas de que tu comida se vea bien presentada y muchas veces también depende del tiempo que tengas disponible. Algunos cortes que vamos a usar seguidos son el curte Juliana, que básicamente es cortar la verdura en finas tiras. Más adelante haré un post sobre cortes para que se guien.


El contrato implícito



Cuando se trata de recetas, hay que hacer un contrato implícito con dicha receta y es el de seguir las instucciones. Yo siempre me tomo el trabajo de leer primero la receta y luego ponerme a trabajar. Asegurarse de tener todos los elementos necesarios, en las cantidades establecidas, es imprescindible para que las cosas sean más simples.
La idea de ésta página es brindar soluciones simples para comer bien y sano, pero antes de seguir tengo que hacer unas aclaraciones muy importantes:
  • No soy nutricionista. Aunque conozco bastante de nutrición y se por experiencia propia de la importancia de una buena alimentación para tener una vida saludable, no tengo los conocimientos necesarios para establecer una "dieta". Aquí encontrarán opciones de comida, pero siempre es bueno que consulten con profesionales cualquier duda que tengan sobre las recetas del blog.
  • No soy chef ni nada por el estilo. No he estudiado, ni siquiera he hecho algún cursito de sábado en la mañana. Este blog se basa en mi experiencia y en información que se encuentra en internet.
  • ESTO NO ES UNA DIETA. Si querés bajar de peso o aumentarlo, si tenés problemas de salud, si estás buscando una especie de "receta mágica", te has equivocado de lugar. CONSULTÁ UN/A ESPECIALISTA EN NUTRICIÓN O A TU MÉDICO/A DE CABECERA.
  • Quienes trabajamos en éste blog no nos hacemos responsables por accidentes de cocina, daños a la salud u otro inconveniente. Ésta es una comunidad que busca lograr una vida más simple, por lo que esquivamos los enojos, ataques o cualquiera otra acción que altere de manera negativa a la comunidad.
Aclarados los puntos, ya podemos ponernos a cocinar.

Buen provecho!!!

jueves, 3 de abril de 2014

Presentación

A los 17 años salí de la casa familiar para irme a estudiar a una ciudad más grande y con mayor oferta de carreras. Desde ese momento tuve que poner en práctica muchas de las cosas que me había enseñado mi mamá. Con el tiempo, aprendí a hacer las cosas de manera diferentes, tratando de que sea más simple, más de mi estilo. Incursioné en nuevas recetas, en comidas que nunca había probado y me descubrí buena para la cocina.

 Me gusta cocinar y me gusta cocinarme. Aprendí que debía dejar de lado la comida chatarra y "obligarme" a hacerme comida sana. Incorporo en mi cocina elementos de la comida tradicional criolla, tradicional italiana (por parte de mi familia materna), vegetariana, vegana y otras más que seguro no puedo reconocer. No soy chef, ni he estudiado para ésto. Sólo me tocó ir aprendiendo a cocinarme para vivir una vida sencilla.

Todo es cuestión de disciplina, por lo que si te lo proponés seguramente lograrás aprovechar al máximo éste blog y empezar una vida de comida nutritiva, rica, variada, sana y casera.

Sumate!!! Y buen provecho!!!