miércoles, 9 de abril de 2014

Salsa para pizza

Hoy voy a compartir la salsa de tomate para pizza, que formará parte de una series de artículos sobre la Salsa de Tomate  y sus variantes.

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¿Compraste la salsa más barata -la que viene en botella, la de tretra- o tenés unos tomates a punto de morir y querés aprovecharlos?, la receta que te voy a enseñar te permite transformarles en ricas salsas. *Fin espacio *

Empecemos con un tip: Algo que aprendí con los años es que parte de la acidez del tomate se le saca cocinándolo. No es cuestión de echarle mucha azúcar para ganar tiempo (aunque a veces funciona y yo soy de ponerle más, por gusto), sino de tomarse unos minutos para que se cocine.



La más básica, pero no por eso fácil
La salsa para pizza es la más básica porque sólo lleva tomate, especias, sal y agua. Pero son las especias las que guardan el secreto de una buena, una mediocre o una mala salsa.

Es muy importante que con el tiempo aprendas los sabores y los olores de las especias como también sus combinaciones. Cada quien encuentra ciertas algunas imprescindibles en sus comidas (en mi caso es el orégano, diferentes pimientas y nuez moscada) e incluso las que le da un sello característico, ese "secretito" que yo le cuento a quien quiera y pregunte.

Volviendo a la salsa, el camino más fácil en cuanto a especias es comprar la Mezcla para Pizza que ya viene preparada, le agregás sal, un poco de azúcar, unos 200ml de agua y la dejamos que se cocine por al menos 30 minutos a fuego medio*. Pero veamos el tema de los ingredientes:

Ingredientes
- Puré de tomare: puede que la encuentres también como salsa de tomate, puede venir en botella o envase tetrabrik, incluso en sachet. Podés optar por tomates frescos, lavados y pelados (4 si son tomates redondos de tamaño medio y 6 si son peritas). La preparación varía si elegís la de los tomates frescos.
- 1 cucharada sopera de Aceite (puede ser de maíz, mescla u oliva).
- 200ml de agua.
- ½ cucharadita (de té) de sal fina..
- 1 cucharada sopera colmada con orégano (seco).
- 1 pizca de pimienta.
- 1 pizca de ají molido.
- 1 cucharadita al raz (de té) de pimentón dulce.
- 1 cucharada sopera colmada de azúcar (o mascabo, que es el azúcar sin procesar).

Primero colocás en una sartén el puré de tomate o los tomates pelados y cortados lo más chico posible. Le agregás la mitad del agua y comenzás a revolver. Cuando comienza a largar vapor, tenés prestar atención porque no da que se queme.
En el caso de los tomates frescos se les agrega más agua para enfriar y mantener por más tiempo el proceso de cocción. Cuando comienza a formarse como unas burbujas que explotan y largan vapor (no se la crean que tampoco es tan espectacular) es el momento de bajar el fuego a mínimo y comenzar a condimentar.
Primero poné la sal y revolvé; luego poné el orégano y revolvé, pimienta y revolvé, ají molido y pimentón dulce y revolvé. Esperás unos 5 minutos antes de agregar el azúcar, mientras revolvés para que el tomate vaya tomando los sabores de las especias. Si te pinta, le podés poner un poco de albahaca (seca o fresca), pero es mejor guardarla para agregarla arriba de la pizza.
Primero colocás el sobrante de agua (fíjate que la salsa debe ser más bien líquida, pero con consistencia de crema). Acostumbrate a ir oliendo la salsa (y cualquier comida que hagas), porque es una manera de aprender sobre condimentos y te va a ayudar en el futuro a identificar errores y solucionarlos. Mezclás la salsa para que se una al agua y luego colocás el azúcar. Revolvés durante un par de minutos y luego dejás la salsa sobre el fuego al menos 10 minutos más. En ese tiempo podés ir encendiendo el horno y preparando las prepizzas.
Un consejo, dale un golpe de horno a las prepizzas. Metelas por un ratito para que pierdan parte de la humedad de haber estado empaquetadas. Lo mejor sería que se seque un poco la parte de abajo y que quede un poco crujiente, pero recordá que luego van a pasar varios minutos en el horno. Si querés podés hacer éste proceso luego de ponerle la salsa, así queda blandita arriba y crocante abajo.
Cumplidos los 10 minutos apagás el fuego y probar la salsa para ver cómo quedó antes de arruinar una prepizza. Fijate si le falta algo, aunque deberías andar bien. La dejás reposar por 5 minutos. Luego la mezclás de nuevo (para contrarrestar el efecto de decante) y colocás una capa fina de salsa sobre la prepizza. Es como si pintaras con un pincel pero exagerando la cantidad de pintura. Para pizzas simples, van a tener que esperar un poco, pero ya llegarán algunos post.

A mí me gusta preparar la salsa para pizza más al estilo filetto (salsa para pastas) porque soy amante de la cebolla y porque el ajo es un ingrediente muy presente en mi cocina. A veces rallo zanahoria con la opción más finita (que quede en una proporción de 1,5puños y se lo agrego luego de haber desflemado las cebollas** y las cocino por unos 8 minutos más mezclando bien los ingredientes. Luego coloco el tomate.

Bueno, después les paso más recetas de salsas para todos los gustos y para una vida simple.


Buen Provecho!!!



Nota
* En las cocinas hogareñas es el fuego más fuerte de la hornalla más grande, ya que la misma nos permite controlar la temperatura con facilidad.
** Desflemar es poner las cebollas cortadas pequeñas en una sartén con un chorrito de aceite -1 cucharada sopera es suficiente- de oliva o maíz hasta que queden transparentes y comiencen a tomar un color dorado caribeño.

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